
“Viktor Frankl, psiquiatra y escritor, fue internado durante la
II Guerra Mundial en Auschwitx, Dachau y otros campos de concentración. Esa
experiencia y su formación, le permitieron hacer una gran reflexión sobre el
sentido de la vida que plasmaría en diversos libros, entre los que destaca “El
hombre en busca de sentido”.
Fundó la logoterapia o
análisis existencial. El término deriva de “logos”, acuñado por Heráclito de
Éfeso en el siglo VI a.c., Viktor Frankl lo utiliza como “sentido”, es decir,
la logoterapia es la terapia que se enfoca en descubrir el sentido de la vida
para cada persona. Se trata de una terapia que se utiliza para personas que
sufren problemas existenciales, ante algún cambio profundo o debido a una
crisis personal.
Todos pasamos por situaciones en la
vida que nos producen sufrimiento y que no sabemos cómo afrontar,
pero no existe una fórmula que funcione siempre, sino que debemos aceptar
que el sufrimiento es parte de la vida.
“Quien
tiene algo por qué vivir, es capaz de soportar cualquier
cómo.” -Friedrich Nietzsche-
Las lecciones que nos puede dar una
persona que estuvo tres años en un campo de concentración y supo superarlo, se
deben considerar para hacernos ver la vida desde otra perspectiva y para
motivarnos día a día. Estas son algunas de las lecciones que nos enseñó Viktor
Frankl:
La importancia de elegir
La diferencia entre una persona que
sabe superar sus problemas y enfrentarse a la adversidad en la vida y una
persona que no logra esa superación, es que la primera es una persona
que decide, que elige ser una cosa u otra, a pesar de las condiciones que le
toque vivir.
La vida tiene sentido en cualquier circunstancia
El Doctor Frankl habla en este sentido
de la desesperanza como una operación matemática. La desesperanza es
igual a sufrimiento sin propósito. Si una persona no puede encontrar un
sentido a su sufrimiento, tenderá a la desesperanza. Pero si la persona es
capaz de encontrar un sentido a la adversidad, puede convertir sus tragedias en
un logro, en una forma de superación.
“El
amor a uno mismo es el punto de partida del crecimiento de la persona que
siente el valor de hacerse responsable de su propia existencia”. -Viktor
Frankl-
Tus acciones diarias te llevan a ser la mejor versión de ti
mismo
Esa es una pregunta que nos debemos
hacer cada día para saber quiénes somos y quiénes queremos ser, para lograr ser
la mejor versión de nosotros mismos, para mostrar lo extraordinario que
hay en cada uno y que los demás lo vean y puedan apreciarlo.
Piensa en por qué o por quién vale la pena vivir
Todos tenemos un por qué o por quién
vivir, una razón que nos permite seguir adelante cada día, que nos motiva y que
da sentido a cada segundo de nuestra existencia, a cada paso que damos o a cada
acción que realizamos. Cómo reaccionamos ante condiciones que no pueden
ser cambiadas, depende de nosotros.
Si no tenemos poder para cambiar la
situación, siempre podemos elegir nuestra actitud frente a esa
situación. Es decir, siempre hay algo en nuestro interior que
podemos cambiar, cómo nos sentimos, siempre hay una parte de nosotros
mismos que depende sólo de nosotros.
No importa que no esperamos nada de la
vida, sino si la vida espera algo de nosotros. Piensa en lo que le aportas
a la vida, en lo que espera la vida de ti, porque nuestra vida nos cuestiona
y nos exige continuamente.
Lo que debemos preguntarnos es qué
podemos hacer para cambiar nuestra vida, qué le aportamos al mundo y
reaccionar en consecuencia.
La adversidad y el sufrimiento existen
Todo lo malo de nuestra vida es algo
que existe y que debemos aceptar. Se crea una tensión entre lo que ya se ha
logrado y lo que todavía queda por lograr. No necesitamos vivir sin
adversidades, sino saber que van a existir, que son parte de la vida y que
debemos luchar por algo que merezca la pena, dar un sentido.
“Ser
lo que somos y convertimos en lo que somos capaces de ser es la única finalidad
de la vida”. -Robert Louis Stevenson-
Nadie es indispensable, pero todos somos irremplazables
Cuando se acepta que es imposible
reemplazar a una persona, se manifiesta la responsabilidad que el hombre asume
ante su existencia. Un hombre que se hace consciente de que le espera una
persona o de que tiene una obra inconclusa, asume
su responsabilidad y conoce el por qué, el sentido de su vida.
Descubre el sentido de tu vida
El interés del hombre no es encontrar
el placer o evitar el dolor, sino encontrar el sentido de la vida. Incluso
en los momentos en los que sufrimos, debemos encontrar un sentido a ese
sufrimiento.
Nadie puede ponerse en tu lugar y
sufrir por ti, por lo que tu única oportunidad es la actitud que adoptes ante
el sufrimiento. Todos tenemos una razón de ser, pero a veces, no somos
conscientes de esa razón.”
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